Al día siguiente, tocaron el timbre de su puerta, y al abrir el joven se encontró con una voluptuosa y atlética muchacha de 20 años, completamente desnuda excepto por sus zapatillas de correr. La muchacha se presentó como la representante de la compañía para adelgazar, señalando un cartel que llevaba colgado del cuello y decía: “si me atrapas, soy tuya.”
Sin pensarlo ni un segundo, el joven comenzó a correr detrás de ella. Unos kilómetros después, y ya casi sin aire, el joven se dio por vencido. La muchacha volvió a aparecer en su casa por los siguientes 4 días, siguiendo la misma rutina. En el quinto día, el joven se sorprendió al descubrir que había bajado 2 kg tal y como le habían prometido.
El joven volvió a llamar a la compañía, pero esta vez para encargar el programa de 5 kilos menos en 5 días. Al día siguiente, cuando fue a abrir la puerta, el joven se encontró con la mujer más sexi y hermosa que jamás había visto en su vida. La mujer, al igual que la primera muchacha, estaba completamente desnuda excepto por sus zapatillas de correr y cartel colgado al cuello que decía: “Si me atrapas, soy tuya.”
A los pocos segundos el joven salió disparado como un misil detrás de la mujer. Debido al excelente estado físico de la entrenadora, la tarea de atraparla se hizo imposible. Sin embargo, por los siguientes cuatro días, continúo con la misma rutina que parecía mostrar excelentes resultados.
Para su alegría, en el quinto día, el joven descubrió que había perdido 5 kg tal y como el programa aseguraba. Fue así como decidió ir un paso más allá y se contactó con la compañía para solicitar el programa de 10 kg menos en tan solo 7 días.
“¿Está seguro?”, le preguntó el representante telefónico de la empresa, “recuerde que este es nuestro programa más riguroso.”
“Por supuesto”, respondió el joven, “no me había sentido tan bien en años…”
Al día siguiente, cuando abrió la puerta para recibir el nuevo programa, el joven se encontró con un hombre alto, grande y musculoso, completamente desnudo excepto por un par de zapatillas de correr rosas y un cartel colgado al cuello que decía:“Si te atrapo, eres mío.”
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